miércoles, 26 de diciembre de 2007

BURNOUT O ESTAR “QUEMADO”

BURNOUT O ESTAR “QUEMADO”

En los último tiempos escuchamos hablar cada vez con más frecuencia de compañeros, amigos o familiares que están “quemados” en su trabajo. Ya no tienen ilusión por aquella actividad que inicialmente vieron como una recompensa, por la consecución de aquel puesto de trabajo que incluso celebraron junto a ti. Y nos preguntamos ¿Qué ha podido ocurrir? ¿Qué les ha pasado?

Herbert Freudenberger y Von Ginsburg en 1974 y en 1976 Cristina Maslach, psiquiatra y psicóloga respectivamente fueron los primeros profesionales en aplicar el termino Burnout a voluntarios, el primero (Herbert Freudenberger) y compañeros la segunda (Cristina Maslach) donde observaban perdida de ilusión, de energía, facilidad para irritarse, falta de asertividad y empatía, llegando a detectar síntomas de ansiedad y depresión.

Actualmente se relaciona el Burnout o estar “quemado” con profesiones de tipo asistencial, donde debe se produce una relación directa con los “clientes”. Así son profesionales de la administración pública en general, la sanidad, la enseñanza, a todos los niveles incluida la universitaria, los servicios sociales, etc. Los principales afectados. Es la definición de Maslach (1982) la que recoge mejor lo anteriormente expuesto “ Un síndrome de extenuación emocional, despersonalización y falta de logro personal en el trabajo, que puede desarrollarse en aquellas personas cuyo objetivo de trabajo son las personas en cualquier tipo de actividad”.

Los desencadenantes principales del Burnout pueden variar en función de los investigadores consultados, pareciendo existir un consenso en aceptar los siguientes que se nos indican desde la Universidad de Oviedo, más concretamente por la Sección Sindical de la CSI.CSIF (http://www.uniovi.es/CSIF/Burnout.htm):

  • Sobrecarga de trabajo y ocupación poco estimulante.
  • Poca o nula participación en la toma de decisiones.
  • Falta de medios para realizar la tarea.
  • Excesiva burocracia: no importa el resultado.
  • Pérdida de identificación con lo que se realiza.
  • Percepción de que no se recibe refuerzo cuando el trabajo se desarrolla eficazmente; sin embargo, sí se puede producir castigo por hacerlo mal.
  • Baja expectativa de qué hacer para que el trabajo sea tenido en cuenta y valorado.

Siguiendo a Maslach y Jackson (1981) que consideran que es un síndrome con síntomas psicosomáticos, conductuales, emocionales y defensivos:

Psicosomáticos: Frecuentes dolores de cabeza, fatiga crónica, úlceras o desórdenes gastrointestinales, dolores musculares en la espalda y cuello, hipertensión y en las mujeres pérdida de ciclos menstruales.

Conductuales: Absentismo laboral, aumento de conducta violenta, abuso de drogas, incapacidad de relajarse y comportamientos de alto riesgo.

Emocionales: Distanciamiento afectivo, impaciencia, deseos de abandonar el trabajo, irritabilidad, dificultad para concentrarse, descenso del rendimiento laboral, dudas profesionales.

Defensivos: Negación de las emociones, ironía, atención selectiva y desplazamiento de sentimientos, conductas de escape y evitación.

¿Podemos prevenir el Burnout?

Cuando hablamos de prevención debemos considerar dos tipos de intervención principales, la encaminada a una intervención personal directa y la relacionada con el puesto de trabajo o social.

En el aspecto personal debemos de intentar aprender técnicas que nos ayuden a controlar el estrés, no sobrando una adecuada gestión del tiempo con la planificación de objetivos diarios que nos ayude a reforzarnos en la consecución de logros en el trabajo.

En relación al puesto de trabajo, es importante la formación continua como estimuladora y agente de cambio para los profesionales, que les facilite la adaptación en el puesto de trabajo. Debemos de fomentar igualmente un buen clima laboral entre compañeros y jefes donde ir a trabajar resulte lo más agradable posible.

Cómo siempre, cuando veamos que podemos entrar o que estamos en una situación de estrés crónico que nos conduzca a síntomas como los que hemos descrito anteriormente debemos de intentar poner medidas. Siempre podemos acudir a los compañeros de Prevención de Riesgos Laborales de nuestro sindicato o al Servicio de Salud de la empresa o bien a un profesional que nos ayude a superar la situación antes de que nos desborde. Debemos pensar en nuestra salud, en las personas que nos quieren y afrontar que somos humanos y que podemos superar estas situaciones tanto a nivel individual como poniendo en conocimiento de la empresa, sí nos es posible, nuestra situación.

Nuevamente recomendamos direcciones de interés que ya aparecen en el artículo sobre acoso psicológico en el trabajo, con la conciencia de que nunca sobran:

  • http://www.prevention-world.com/ es una página de carácter privado con información tanto para profesionales como particulares cuyo registro y acceso a la información es de carácter gratuito.

  • 900 85 12 12 Teléfono gratuito de información y colaboración ciudadana en materia de Prevención de Riesgos Laborales de la Junta de Andalucía.


Publicado en la revista EL COLECTIVO

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